La lucha interminable contra el Sida

La lucha interminable contra el Sida
Hace diez años se instauró el Día Mundial del Sida, una enfermedad que a pesar de haber conseguido multitud de avances, no ha logrado erradicarse en ninguna parte del mundo. Este año el lema escogido para la campaña por ONUSIDA ha sido ‘Lidera, empodera, provee’. En España, por su parte, el eslogan escogido sigue la línea del americano, capaz de expresar en pocas palabras el mensaje de forma directa: ‘Actúa, detén el SIDA, unidos podemos’.

En la actualidad, solo el 31% de los portadores del VIH reciben el tratamiento que necesitan. Sobre este tema, la Asamblea General de las Naciones Unidas planteó hace ocho años que el 2010 sería la fecha límite para conseguir el acceso universal a los programas de prevención y tratamiento sobre la enfermedad.

Bernat Soria, Ministro de Sanidad, asegura que las infecciones por vía sexual representan el 80% de los nuevos contagios, mientras que el relacionado al consumo de drogas ha descendido. El Ministerio de Sanidad anima a los ciudadanos a realizar la prueba para detectar la enfermedad, una prueba que en nuestro país es confidencial, gratuita y accesible.

A pesar de que la visión del enfermo de sida ha evolucionado mucho en los últimos tiempos en nuestro país, los portadores de la enfermedad temen ser discriminados. Según un estudio de la Coordinadora Estatal del VIH-SIDA –el CESISA-, un 70% de las personas con VIH tienen miedo a ser discriminadas en su trabajo.

ImageCampaña contra el Sida

Santiago Pérez, presidente de CESISA incide en la importancia del papel de las Comunidades Autónomas en la lucha contra el Sida, dotando de suficiente atención y prevención de transmisión sexual. En cuanto a la vacuna terapéutica, Santiago Pérez, ha afirmado que «no puede curar en sí misma la enfermedad.

Lo que hará será posibilitar que las personas con VIH no tengan que tomar el tratamiento de forma continuada» pero «no como una cura definitiva del VIH, ya que entiendo que para eso habrá que trabajar en cuestiones más complicadas como es la vacuna preventiva o la cura definitiva, cosa que en estos momentos es inviable».


El objetivo que la campaña de este año ha lanzado pretende dar a entender que el VIH afecta a todos y todas por igual, independientemente de su condición y orientación sexual, etnia o estilo de vida.

Este mensaje pretende evitar que se detecte la enfermedad cuando el sistema inmunológico del paciente ya esté demasiado debilitado. Uno de los grandes fallos cometidos en la actualidad es este, ya que a un 38,2% de los pacientes se le ha detectado demasiado tarde.

Aun así, el perfil del infectado del SIDA en España ha cambiado, en la actualidad el 72% de las infecciones se contrajeron por vía sexual y sólo el 21% tenían antecedentes por drogas inyectadas. Y en cuestión de sexo, en los hombres, el 48% corresponden a transmisión homosexual-bisexual y el 24% a relaciones heterosexuales. En las mujeres, el 74% se debe a transmisión heterosexual.

Los médicos de la Carlos III

El pasado mes de noviembre, diversos médicos del Hospital Carlos III de Madrid, repartieron una guía que promovía la abstinencia sexual y cuestionaban el uso del preservativo.

La publicación se titulaba ‘Adolescentes frente al sida: preguntas con respuestas’ y estaba editada por la Fundación Investigación y Educación en Sida y firmada por cinco médicos bajo cuyos nombres aparece el título de crédito del Servicio de Enfermedades Infecciosas Hospital Carlos III.

La obra, de 53 páginas, cita tres conductas sexuales de riesgo típicas: la «sexualidad precoz», la «promiscuidad sexual» y las «conductas homosexuales».

Así, escribe que «estudios científicos» sostienen que «homosexualidad y heterosexualidad no son equiparables desde el punto de vista de la salud. Los homosexuales tienden a ser más promiscuos, con los problemas físicos y emocionales que supone».

«La homosexualidad se asocia con más frecuencia al contagio de enfermedades de transmisión sexual y trastornos mentales -ansiedad, depresión-».

La guía remataba la cuestión: «hay que ser comprensivo y ayudar a las personas con hábitos homosexuales; en lo posible, hay que ayudarles a solucionar su alteración conductual».


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