Según publica El Mundo, el ex alcalde de Boadilla del Monte, Arturo González Panero, presuntamente habría encubierto información para obtener el Palacio del Infante Don Luis.
El Ayuntamiento y Enrique Rúspoli, dueño del Palacio, firmaron un acuerdo en el que Rúspoli cedía el Palacio al Consistorio a cambio de 338 pisos de lujo situados en el municipio y 1,2 millones de euros. El Duque de Sueca no se había hecho cargo del Palacio a pesar de la ley de Patrimonio Histórico.
Al conocer este acuerdo, una empresa del municipio, Fincas de Boadilla S.A. presentó un recurso contencioso-administrativo por lo que el convenio entre las dos partes se rompió y el Palacio volvió a su antiguo dueño.
Según El Mundo, Ruspoli, al ver que podía perder su botín, solicitó la nulidad de la sentencia por no haber conocido la resolución del TSJM hasta mucho tiempo después de hacerse pública. De este modo, el Palacio volvió a manos del Ayuntamiento que lo cedió a la SGAE e hizo de él su nueva sede.
El engaño, que ha descubierto el Tribunal Supremo después de una investigación, es que el alcalde ocultó la información que verificaba que Rúspoli sí había conocido la sentencia de nulidad del acuerdo cuando se hizo pública y no mucho tiempo después, como él quiso hacer creer.
El Ayuntamiento y Enrique Rúspoli, dueño del Palacio, firmaron un acuerdo en el que Rúspoli cedía el Palacio al Consistorio a cambio de 338 pisos de lujo situados en el municipio y 1,2 millones de euros. El Duque de Sueca no se había hecho cargo del Palacio a pesar de la ley de Patrimonio Histórico.
Al conocer este acuerdo, una empresa del municipio, Fincas de Boadilla S.A. presentó un recurso contencioso-administrativo por lo que el convenio entre las dos partes se rompió y el Palacio volvió a su antiguo dueño.
Según El Mundo, Ruspoli, al ver que podía perder su botín, solicitó la nulidad de la sentencia por no haber conocido la resolución del TSJM hasta mucho tiempo después de hacerse pública. De este modo, el Palacio volvió a manos del Ayuntamiento que lo cedió a la SGAE e hizo de él su nueva sede.
El engaño, que ha descubierto el Tribunal Supremo después de una investigación, es que el alcalde ocultó la información que verificaba que Rúspoli sí había conocido la sentencia de nulidad del acuerdo cuando se hizo pública y no mucho tiempo después, como él quiso hacer creer.
