Los comercios en la época de internet

Los comercios en la época de internet

Hace más de un siglo y medio desde que el naturalista Charles Darwin (1809-1882) dejase constancia escrita de su teoría de la selección natural, esa que afirma que los seres vivos que mejor se adaptan a las condiciones de su entorno son los que más posibilidades tienen de sobrevivir. Esta idea de Darwin traspasó las fronteras del mundo animal hace mucho tiempo; el mundo ofrece pruebas a diario de que la capacidad de adaptación es fundamental para tener éxito en todos los ámbitos de la vida.


La aparición y el desarrollo de internet ha provocado que el mundo tal y como lo conocíamos haya cambiado de manera radical de la noche a la mañana. Por si fuera poco, la crisis sanitaria provocada por el virus SARS-CoV-2 ha echado más leña al fuego en una sociedad que, de por sí, ya vive sumida en una sucesión continua de cambios relevantes.

El momento de los e-commerce

Internet ha hecho saltar por los aires las limitaciones de espacio con las que hasta hace “cuatro días” vivíamos. A medida que se ha ido implantando una red global fuerte, con posibilidades, han ido apareciendo nuevos agentes en la sociedad. Si centramos nuestra atención en los comercios de venta al público, podremos ver que son muchos los locales comerciales que han sabido reinventarse y han convertido su negocio en un e-commerce, un comercio electrónico. A día de hoy, cualquier comerciante tiene la posibilidad de vender sus productos por internet, por lo que sus ventas han pasado de tener un pequeño radio de acción -el barrio o la ciudad en el que se encuentra- a tener la oportunidad de venderse en cualquier rincón del mundo.

El número de tiendas online ha crecido exponencialmente en los últimos años, ya que el potencial que tienen es enorme, sobre todo en lo que al número de clientes se refiere. No obstante, estos negocios también encuentran una serie de limitaciones como la gran competencia existente, el coste de los gastos de envío o, como pasa con algunas tiendas y proveedores, el que estos se vean obligados a exigir una cantidad mínima de pedido, esto significa MOQ (minimum order quantity), para que el pedido sea rentable.

Los propios negocios en línea están cambiando a velocidad de vértigo. Hoy en día ni siquiera es necesario que una tienda online venda sus propios productos. Han aparecido, por tanto, nuevos modelos de negocio como el dropshipping, en el que el un comercio electrónico vende productos que ni fabrica ni almacena ni envía; únicamente actúa como intermediario entre el cliente y el proveedor mayorista, que es quien tiene el producto y quien se encarga de hacerlo llegar al comprador.

Estos modelos de negocio contribuyen a cambiar la fisonomía de las ciudades, cuyos centros urbanos se encuentran inmersos en plenos procesos de gentrificación. Poco a poco, los pequeños comercios, que tienen una clientela potencial mucho más reducida, se van viendo obligados a echar el cierre ante el empuje de las grandes superficies y de los comercios online, que tienen catálogos más extensos y variados. El encanto y el trato más personal y humano que se dispensa en los pequeños comercios está dejando paso a la comodidad, la disponibilidad y la eficacia de las tiendas virtuales.

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