La reciente operación de la Guardia Civil, que ha recuperado numerosos efectos de ornamentación fúnebre dispuestos para su venta en una chatarrería de Leganés, trae a la memoria la profanación que sufrió el camposanto de Boadilla del Monte, cuando por sucia simonía o cerril vandalismo, desaparecieron cerca de veinte crucifijos de gran tamaño durante la última noche de Halloween.
Casi al instante, el Ayuntamiento de Boadilla del Monte ofreció a los afectados crucifijos provisionales hasta que las Fuerzas del Orden consigan detener a los culpables y recuperar los sagrados objetos robados... ¿Guarda relación (el de Boadilla) con este último hecho, por el que han sido imputados dos empleados del cementerio de Alcorcón? ¿Hay algo nuevo que pueda ser desvelado, con la debida cautela, sobre el saqueo al alba del Día de Todos los Santos?
