Una de inmigrantes

 
Es innegable que en los últimos años España ha dejado de ser un país que ‘exporta’ inmigrantes para empezar a ‘importarlos’. No es necesario hacer mucha memoria para acordarnos de las pateras que llegan a Canarias, tampoco hay que rebuscar en los diarios para ver cómo un marroquí que intenta cruzar la frontera escondido en un camión o un asiático que se esconde en el portaequipajes de un avión pudiendo morir. Tanto riesgo por una vida mejor.


La importancia de la inmigración la ha convertido en un arma política: Rajoy acusa a Zapatero de ‘regalar los papeles' y el Presidente defiende su política a toda costa. ¿Es necesario que pasen reivindicaciones como las de París para que se den cuenta que no es un tema banal, no es un instrumento para conseguir votos, se trata de un asunto de urgente solución con el adecuado consenso político?


Si escribo en este diario es porque los vecinos no somos ajenos a este asunto. La semana pasada publicaron que un 17% de la población madrileña es inmigrante. También podemos encontrar noticias como que se destinan 144.000 euros -en Pozuelo- o 231.000 -en Majadahonda- para la integración de inmigrantes. También podemos ver distintos eventos en todos los municipios como las fusiones gastronómicas de Las Rozas, ‘para unir culturas'. No obstante, no conseguimos avanzar.

Hace unas semanas todos los medios de comunicación se hicieron eco de los ‘cupos' de la comisaría, tenían que arrestar a un mínimo de personas -no olvidemos que son personas como nosotros- y principalmente marroquíes, tengamos en cuenta que son mucho más barato de repatriar. También hemos podido leer, ver y oír la pésima situación que padece este colectivo, se encuentran discriminados en todos los ámbitos y sufren exclusiones laborales.

Es lamentable esta situación, queremos soluciones urgentes, no queremos ver más casos como los ‘cupos' o ver como luchan por vivir en un abandonado hostal, al borde de su desplome. Hablo de un inmueble del Plantío, donde los vecinos ven como su barrio está totalmente deteriorado por una estúpida guerra entre distintos inmigrantes por un hogar y su única forma de salir adelante: tráfico de drogas.
Como vecino de la zona noroeste exijo a los políticos que empiecen a reaccionar ante esta situación, exijo a las autoridades que intenten ayudarles en lugar de maltratarles y pido a los vecinos que sean conscientes, que comprendan sus duras vidas, han abandonado su país, a sus familias, por intentar encontrar una vida mejor y sólo se han topado con discriminación.


* Este diario no asume como propias las opiniones difundidas a través de las colaboraciones y cartas al director que publica.

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